Artículos

23 de julio de 2021

Debemos reconstruir el país construyendo

  • Evolución del sector
Debemos reconstruir el país construyendo

Pedro Luis Hojas Cancho, secretario general de UGT FICA y vicepresidente de la Fundación Laboral de la Construcción

Nosotros, los interlocutores sociales del sector, ya lo sabíamos y estábamos convencidos de ello, pero ha hecho falta una pandemia, y la crisis arrastrada por ella, para que el resto de la sociedad tome conciencia del enorme potencial de la construcción en nuestro país, tanto en materia de empleo como por su capacidad tractora y dinamizadora de otros sectores y actividades industriales de nuestra economía.


La construcción es uno de los sectores que mejor está resistiendo las consecuencias de la Covid-19, y con el empuje y las políticas adecuadas está en disposición de situarse a la vanguardia de la recuperación del empleo y de la actividad económica en España en el proceso de reconstrucción de nuestra economía en el que estamos inmersos ahora. No en vano, los últimos indicadores conocidos apuntan a una reactivación importante del sector. Concretamente, el número de empresas inscritas en mayo de 2021 refleja un aumento interanual de 8,7 %, lo que se traduce en 10.864 empresas más que en mayo del año pasado, mientras que el número de asalariados afiliados a la Seguridad Social, en el último año ha crecido un 6,6 % y solo en el mes de junio de 2021 se han creado casi 10.800 empleos.

No cabe duda que la construcción es un sector resiliente. Ya no nos referimos a él como el sector del ”ladrillo”, o el “refugio” en el que cualquiera podía trabajar. En pocos años el sector de la construcción se ha reinventado a sí mismo: hoy en día hablamos de un sector innovador, a la vanguardia en la aplicación de nuevas tecnologías, que está sabiendo hacer frente a la transformación digital, e introduciendo nuevos materiales y nuevas formas de trabajo, para adaptarse al siglo XXI. De hecho, se ha convertido en un sector atractivo para los/as trabajadores y trabajadoras que se incorporan al mercado laboral o para aquellos otros que no encuentran una ocupación con la que afianzar un proyecto de vida digno.

Teniendo en cuenta que la incertidumbre generada exige la necesidad de acometer inversión pública y sin ánimo de valorar si es suficiente o no, quiero situarme en los 11.128 millones de euros de los fondos que el Gobierno prevé gestionar a través del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) y el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), que a expensas de ejecución presupuestaria, marcan un antes y un después en el papel de la construcción como uno de los motores imprescindibles de la recuperación económica en nuestro país.

Es incuestionable que esta inversión va a ayudar a consolidar al sector de la construcción, además de aportar carga de trabajo a las empresas, y generar miles de puestos de trabajo. Es aquí precisamente donde UGT FICA permanece alerta para velar porque este nuevo empleo se sustente en buenas condiciones laborales, mejores salarios, más seguridad, y mejor formación para orientar el sector hacia el futuro, haciéndolo más atractivo para los jóvenes que buscan su oportunidad ofreciéndoles una carrera profesional que les permita labrarse un futuro esperanzador.

Debemos reconstruir el país construyendo, lo que significa seguir modernizando el tejido empresarial del sector para hacer frente a retos como la transición ecológica o la digitalización. La construcción tiene mucho que aportar al futuro económico de nuestro país y al desarrollo del nuevo modelo productivo, pero para ello debemos dotarnos no sólo de planes de rehabilitación de entornos, viviendas y edificios, sino también de una verdadera estrategia estatal de infraestructuras y políticas sociales, que fomenten la cohesión social.

Sin embargo, en este panorama tan esperanzador para la construcción, en este largo camino para conseguir un sector más industrializado, más digitalizado y más ecológico, debemos hacer un alto para insistir, por un lado, en la urgencia para que los políticos dejen a un lado sus intereses partidistas y acuerden cuanto antes una nueva Ley de Vivienda, que posibilite a la ciudadanía poder contar con una vivienda digna; por otra, en la necesidad de invertir más en la prevención de los accidentes laborales, porque más allá de las cifras, más allá de las estadísticas, detrás de cada accidente, hay una historia personal y familiar. Debemos tener muy presente que invertir en prevención es invertir en seguridad, lo que se traduce en menos accidentes laborales.

Como sindicato hemos presentado numerosas propuestas para acabar con esta lacra, como reforzar la Inspección de Trabajo para supervisar planes específicos, rejuvenecer las plantillas, vincular las licencias de obra a empresas con calidad en la prevención, extender iniciativas como “sello de calidad” en prevención, actualizar los Planes de Seguridad para adaptarlos a los riesgos, profundizar en la formación, reforzar la cultura de la prevención y llevar a cabo un seguimiento especial de la obras cuando se produzca un primer accidente grave.

En definitiva, el sector de la construcción puede ser uno de los pilares de la reconstrucción económica de nuestro país, y está en nuestra mano que así sea.